En Chihuahua, hace 30 años se alinearon los astros a favor de la investigación y el desarrollo: existía en nuestra ciudad la necesidad de un Centro de Investigación para la Industria local agrupada en CANACINTRA, existían recursos económicos y humanos disponibles de CONACYT, y teníamos un Gobierno del Estado enfocado en el desarrollo económico. Con esta alineación se creó uno de los centros de investigación más importantes en nuestro país.
En 1994 se fundó el CIMAV (Centro de Investigación en Materiales Avanzados). Esta institución fue creada con un innovador sistema de inversión y asociación, ya que con la aportación de 3.5 millones de pesos por parte de los industriales de CANACINTRA, recursos del Gobierno del Estado y una inversión mayoritaria de recursos de CONACYT, se formó la sociedad que hoy cumple 30 años.
En nuestro país la inversión en investigación y desarrollo no pasa del 0.5% del PIB; en sexenios anteriores se habló de llegar a tener una inversión en I+D de un 2% del PIB, algo que se ha quedado sólo como buenos deseos.
Si nos comparamos con otros países como Corea del Sur, donde se invierte el 4.2% de su PIB, entendemos por qué ahí se han desarrollado grandes marcas y productos tecnológicos que hoy son líderes globales en industrias tan importantes como la automotriz, con marcas como Hyundai y Kia, en grandes conglomerados como SAMSUNG y LG quienes lideran el desarrollo de telefonía celular, pantallas, electrodomésticos, finanzas, biotecnología y construcción entre otros. Japón invierte el 3.5% de su PIB en investigación y desarrollo, Alemania un 2.8% de su PIB, China el 2.1% de su PIB, la Unión Europea el 2% de su PIB, y Estados Unidos un 2.7% de su PIB, que en dinero representa 473 mil millones de dólares, siendo el país que más dinero invierte en el mundo en dicho concepto.
Si hacemos una relación entre la inversión en investigación y desarrollo podemos ver que es proporcional al desarrollo económico de estos países, a la calidad de vida de sus habitantes, el ingreso per cápita de sus ciudadanos, al nivel educativo de sus niños y jóvenes y, por supuesto, a las oportunidades que estos tienen.
En estas tres décadas, el CIMAV, sus investigadores y la industria de Chihuahua, han generado investigaciones en nuevos materiales, nanotecnología y energías renovables; se han formado una gran cantidad de científicos e investigadores, y gracias a esta institución Chihuahuense se crearon CIMAV en Monterrey y en Durango.
Hoy, después de 30 años de esta gran historia y de la situación actual de nuestro país, necesitamos una evolución acorde a este tiempo, transitar de la investigación pura a la tecnología aplicada, a tecnologías para la industria local, con proyectos que generen una integración con la gran industria transnacional que tenemos en nuestro estado. Un centro de investigación que trabaje de la mano con la mediana industria, apoyándola en el desarrollo tecnológico de prototipos, materiales plásticos, metálicos y compuestos, un centro que permita que sigamos creciendo no solo como empresas, si no como estado.
Ing. Francisco Santini
Presidente Centro PERSÉ