Querido presidente:
Entiendo que no tendrá tiempo ni forma alguna de leer estas líneas, no importa, ya suficiente hizo por todas las mexicanas y mexicanos y desde algún lugar del desierto chihuahuense le doy las gracias totales por todo y por tanto.
En este momento histórico que nos tocó vivir es ineludible no tener sentimientos encontrados, por un lado, me alegra saber que una mujer será la primera presidenta de México y más satisfacción se siente al tener la certeza que usted confía en ella para continuar la Cuarta Transformación, pero también existe ese desconsuelo de saber que usted se retira de la vida pública, y eso para millones de mexicanos no será fácil.
Sí, es inevitable no sentir tristeza porque se va, presidente, pero nadie ni nada me quitará la enorme alegría de que pude votar tres veces por usted, ni de que desde hace casi 20 años en algo lo ayudé desde mi modesta trinchera y que pude gritar cientos o tal vez miles de veces que fue, es y será un honor estar con Obrador.
Aún recuerdo aquella primera vez que lo escuché en 1997 dar un discurso en Texcoco, ambos militábamos en aquel PRD que después algunos vendieron al PRIAN, recuerdo que me llamó la atención desde entonces su frase de que por el bien de todos primero los pobres, pero cuando me convencí de apoyarlo fue en 2004, por cosas del destino regresé a Chapingo a estudiar el doctorado de 2003 a 2006 y puede asistir a todos los actos en contra el desafuero, y claro que estuve en esa gran marcha de 2005, donde para mí empezó el camino al cambio verdadero.
Y desde ahí hasta hoy. Podría yo escribir cientos de anécdotas, pero no tiene caso, será en otra ocasión.
De algo estoy seguro, mi país ya cambió, existe un México antes del 2018 y otro después de su presidencia, los programas sociales llegaron para quedarse, así como el combate a la corrupción, la austeridad, es más, hasta las mañaneras, pero lo más importante es que se dieron pasos gigantescos en la dirección correcta para lograr la revolución de las conciencias y la participación del pueblo, los 36 millones de votos del plan C es una muestra de ello.
Sé que aún falta mucho por hacer, presidente, y no obstante tendremos una presidenta digna de la 4T, de hecho, lo mejor que le pudo pasar a la nación en estos momentos, lo que viene será complejo, lo que queda de la derecha intentará de todo para estorbar en la segunda etapa de la Cuarta Transformación, pero tenga la seguridad de que la doctora Claudia Sheinbaum contará con el concurso de mis modestos esfuerzos en la construcción de un México mejor para todas y todos.
Señor presidente, querido Andrés, me despido y a nombre de mis hijos, mi familia le digo que no nos fallaste y que lo vamos a extrañar.
¡HASTA SIEMPRE, PRESIDENTE!