El ser humano va modificando su ideología con el paso del tiempo, la mayoría trata de ser congruente y se apega a su pensamiento original, claro, hay quienes cambian radicalmente, quizá porque les afectaba, pero algunos también lo hacen para salvar el “pellejo”, tal como lo hizo el exgobernador de Chihuahua Javier Corral, por supuesto, es libre de hacer lo que desee, sin embargo, aquella imagen del político honesto “echado pa´ delante”, y por la cual, posiblemente miles de chihuahuenses le otorgaron su voto en 2016, ahora está en el suelo. No queda nada de aquel gobernador “entrón” que retaba a López Obrador durante el conflicto del agua a finales del 2020. Corral, defendía a capa y espada su ideología, tanto, que cuando Andrés Manuel vino a Chihuahua, decidió no reunirse con él, pues aseguró que tenían una mala relación. Inmediatamente la Alianza Federalista, conformada por 10 estados, incluido Chihuahua, lamentó la decisión del presidente. Corral, agradeció a sus colegas por redes sociales, diciendo que era un mensaje de intimidación. Previamente en una entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva, manifestó su inconformidad y continuaba envalentonado, dijo, “El presidente se está equivocando, a mí no me va a mantener callado como lo ha hecho con otros gobernadores”. Corral le dijo al presidente lo que muchos deseaban expresarle, “El que no está con él, es traidor, hipócrita, mentiroso, corrupto, etcétera”. “Los quiere sometidos a los gobernadores o humillados, Y con nosotros, pues se va a topar con pared”.
Pero de pronto, la pared se fue debilitando, Corral dejó de criticar la administración de López Obrador, mientras el presidente declaró que el tema del agua había “envenenado” su relación. Y La pared de Corral, que presumía tener mucha resistencia, terminó pulverizada, seguramente porque el fin de su gobierno se acercaba y sabía que Maru Campos, lo tendría en la mira, por viejas rencillas. Corral, comenzó a alejarse del PAN, partido de sus amores, por el cual antes daba casi la vida, luego renunció y empezó a atacarlo. Como guiñándole un ojo a MORENA, afirmó, que, con tal de combatir a López Obrador, el PAN se había refugiado en la trinchera de la corrupción o el cinismo. Tiempo después, como por arte de magia, una sonriente Claudia Sheinbaum, lo presentaba como integrante de su campaña electoral. De esa manera, Corral terminó vinculado al partido que más aborrecía y que tantas veces descalificó.
Corral cambió su ideología, terminó rendido y callado ante López Obrador, él sabe lo que hace, sin embargo, como chihuahuense me siento burlado, pues durante toda su administración navegó con bandera de honestidad, austeridad y ahora resulta que es acusado por presunto peculado, peor aún, no fue capaz de enfrentar la denuncia y pidió ayuda al presidente. Cuando Corral inició la persecución en contra de Cesar Duarte, varias veces señaló que el entonces presidente Peña Nieto lo protegía y ahora que el supuesto perseguido es él, hace lo mismo, pero de manera más descarada. En fin, con tal de salvar el “pellejo”, se hace lo inimaginable. ¿De qué más será capaz?